Las Leyendas Del Mole
El mole es uno de los más deliciosos e importantes símbolos de la cultura mexicana. Su extensa historia y elaborada preparación han estado presentes durante largas generaciones en familias de todo el país. Su importancia es reflejada en diferentes leyendas.
Para la primera de ellas viajamos al convento de Santa Clara localizado en Puebla. Se cuenta que una monja de este convento se encontraba moliendo en un metate diferentes tipos de chiles secos, y su agradable olor hizo despertar la intriga de las hermanas del convento. Las monjas desde la ventana de la cocina observaban a la monja moler los chiles. La monja mayor deleitada por el olor rompió su voto de silencio y exclamó “Hermana, que bien mole” seguidamente las monjas desde la ventana comenzaron a reír y corrigieron a la hermana mayor “se dice muele no mole” de esta manera se cree que fue dado el nombre a este emblemático platillo.
La segunda leyenda nos habla sobre la ocasión en la cual el Virrey de La Nueva España, Juan de Palafox, visitaría su diócesis acompañado del Arzobispo del actual estado de Puebla. Los cocineros de la comunidad religiosa pusieron un gran esfuerzo y empeño para preparar un exquisito banquete para sus visitas de gran importancia. El cocinero principal de este banquete era el fray Pascual, al cual los nervios le invadían todo el cuerpo; se encontraba corriendo por la cocina para poder lograr deleitar con su comida al Virrey y al Arzobispo en su visita. Sus nervios lo llevaron a repelar a todos los cocineros y preparar el banquete él solo. Por falta de ayuda, el fray apiló todos los ingredientes en una charola los cuales debían ser guardados en la alacena. Su prisa hizo que se tropezara sobre la charola, lanzando todos los ingredientes a la cacerola donde los guajolotes se encontraban listos para ser servidos. Acto seguido el fray comenzó a orar teniendo fe en que las diferentes especias, el chocolate y los chiles molidos no hubieran arruinado su gran platillo para sus comensales quienes se encontraban ya en la mesa. Terminando la comida el mismo fray estaba sorprendido por el gran platillo que había sido preparado, y además recibió grandes elogios.
La última leyenda de este plantillo cuenta sobre la inesperada noticia que recibió el convento de Santa Rosa siglos atrás. Los conventos del estado de Puebla prepararían diversos platillos para recibir al Virrey Tomás Antonio de la Serna y Aragón, sin embargo las montañas del convento de Santa Rosa no habían sido notificadas de esta importante ocasión. Las monjas pusieron su fe en Sor Andrea de la Asunción, quien era muy reconocida en el convento por su gran inspiración y sazón en la cocina. Sor Andrea se encontraba preocupada por poder llevar un platillo digno del virrey donde México fuera representado, pero una vez dentro de la cocina la inspiración llegó, las hermanas la veían caminar de un lado a otro; empezó preparando un guajolote el cual había mandado a engordar con nueces y castañas, a este le agregó 80 ingredientes diferentes, entre los cuales se encontraban diversos chiles, chocolate, entre otros más; de esta manera creó el mole. Por ello todos los días trabajamos en Molli Gourmet para llevar esta exquisita tradición a la comodidad de tu hogar.